Hacer que los niños participen en la cocina, ya sea en clases de cocina o en casa, hace que sean más propensos a comer alimentos saludables, según una revisión reciente.
Los programas y las clases de cocina para los niños parecen influir de manera positiva en las preferencias y conductas alimentarias de los niños, según una nueva investigación.
“Es importante que los niños se expongan a los alimentos sanos de una manera positiva”, dijo Derek Hersch, autor principal del estudio que también trabaja en un programa educativo de cocina llamado Food Explorers (Exploradores de la Comida) de la Minnesota Heart Institute Foundation. “Crear hábitos y conductas a esta edad es lo más importante de esto”.
Esta investigación llega en un momento en que las tasas de obesidad infantil han aumentado con rapidez. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., más de un tercio de los adolescentes del país eran obesos en 2012. Esta tendencia ha sido provocada, al menos en parte, por una reducción significativa en la cantidad de comidas que las personas consumen en casa desde 1980, según la información de respaldo del estudio. Las personas son más propensas a comer en restaurantes, donde las comidas tienen una mayor densidad calórica y son menos nutritivas, indicó el estudio.
Los programas educativos de cocina, como Food Explorers, enseñan a los niños nuevos alimentos saludables y cómo prepararlos. También enfatizan la importancia de comer cinco frutas y verduras al día.
“Si se consigue que participen en la cocina, están un 100 por ciento interesados y quieren hacer más cosas. Es sorprendente”, dijo Haas, que también es chef.
“Por mi experiencia personal, simplemente sé que los niños realmente lo disfrutan”, dijo Haas. “Se puede ver cómo el niño más introvertido se anima cuando participa en la cocina”.
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