Una nueva revisión científica de la Revista Mayo Clinic Proceedings, realizaron estudios en animales y ensayos clínicos y observacionales en humanos sugiere que el consumo de alimentos procesados con azúcares añadidos esta contribuyendo al incremento de la incidencia de Diabetes Mellitus tipo 2.
Esta “es la primera revisión exhaustiva de la literatura que muestra que incluso con el mismo consumo de calorías (es decir, el intercambio isocalórico de almidón por azúcar), el azúcar es peor en la aparición de la diabetes y la morbilidad asociada (neuropatía, nefropatía, retinopatía) y la mortalidad prematura,” el autor Dr. James J DiNicolantonio (Mid America Heart Institute de San Lucas, Kansas City, Missouri) dijo a Medscape Medical News.
Por lo tanto, “mediante la limitación de azúcar del 5% al 10% de la ingesta calórica total, los efectos nocivos de azúcar, en particular de la fructosa, sobre la resistencia a la insulina podrían reducirse al mínimo,” él y sus colegas concluyen. Esto a su vez “puede proteger contra la diabetes y sus complicaciones, incluyendo la mortalidad temprana por causas cardiovasculares.”
Otros expertos están de acuerdo en que los estadounidenses deben reducir su consumo de azúcar añadido en los alimentos procesados para mejorar la salud.
Alrededor de tres cuartas partes de todos los alimentos y bebidas envasadas en los EE.UU. contienen azúcar añadido, y se estima que los estadounidenses consumen hasta 22 a 47 cucharaditas de azúcar al día, incluido el azúcar oculto en los alimentos procesados, dijo el Dr. DiNicolantonio.
Pero a menudo hay confusión sobre lo que añadió “azúcar” realmente es y cómo se metaboliza en el cuerpo. Azúcar (o sacarosa), que proviene de la caña de azúcar o la remolacha, se compone de 50% de glucosa y 50% de fructosa.
Jarabe de maíz de alta fructosa, que se deriva de maíz y se utiliza típicamente en bebidas azucaradas, también contiene glucosa y fructosa en cantidades similares. Sin embargo, en sacarosa, pero no en el jarabe de maíz alto en fructosa, la glucosa y la fructosa están unidos por enlaces químicos, aunque éstos se descomponen rápidamente por el ácido del estómago y las enzimas intestinales una vez comidos.
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