El aceite de Coco:
Contiene ácido laurico, el cual ayuda a prevenir problemas cardiovasculares ya que regula niveles de lipoproteína LDL (colesterol malo) además, contribuye en la normalización de la presión sanguínea.
El aceite de coco mejora tu sistema digestivo y contribuye a la absorción de vitaminas liposolubles, minerales y aminoácidos. Además, previene algunos problemas relacionados con la digestión incluyendo el síndrome de colon irritable. Las grasas saturadas presentes en el aceite de coco tienen propiedades antimicrobianas y ayudan a lidiar con bacterias, hongos, parásitos etc., que causan indigestión.
Disminuye grasa corporal, brinda energía y mejora el rendimiento. Los ácidos grasos de cadena media contenidos en el aceite de coco no son almacenados como otras grasas sino que son metabolizados más rapido dentro del hígado usándose de forma semejante a un carbohidrato. Acelera tu metabolismo, promoviendo la oxidación de las grasas almacenadas (reduciendo la grasa corporal) lo cual es ideal para personas que desean perder peso corporal. Ayuda a regular problemas relacionados con la tiroides.
Ayuda a inhibir las bacterias que causan neumonía, dolores de garganta, caries dentales, infecciones urinarias, gonorrea, meningitis y muchas más infecciones bacterianas. Mata a virus como el de Herpes, Hepatitis C, entre muchos otros. Elimina infecciones por hongos, como el pie de atleta, Cándida, Tiña, Aftas, Dermatitis de pañal, entre muchas otras.
Protege tu cuerpo de los radicales libres, previniendo padecimientos degenerativos y el envejecimiento prematuro.
Mejora la sensibilidad a la insulina al mismo tiempo que incrementa la oxidación lipídica. Esto quiere decir que ayuda a que la insulina pueda abrir con más facilidad las puertas de las células para que la glucosa pueda entrar más fácilmente. Por otro lado nos ayudar a “quemar” la grasa excedente de nuestro organismo.
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