Una gran exposición a unas sustancias químicas comunes parece estar vinculada con un inicio más temprano de la menopausia, según sugiere un nuevo estudio.
Los investigadores hallaron que la menopausia empieza normalmente entre dos y cuatro años antes en las mujeres en cuyos cuerpos hay niveles altos de ciertas sustancias que se encuentran en objetos del hogar, en productos para el cuidado personal, en plásticos y en el ambiente, en comparación con unos niveles más bajos de dichas sustancias químicas.
Los investigadores identificaron 15 sustancias (nueve PCB [ahora prohibidos], tres pesticidas, dos formas de sustancias químicas del plástico llamadas ftalatos, y la toxina furano) que estaban asociadas de forma significativa con un inicio más temprano de la menopausia y que podrían tener efectos sobre la función ovárica.
En el estudio, el equipo de Cooper analizó las muestras de sangre y orina de más de 1,400 mujeres menopáusicas, con un promedio de 61 años, para determinar su exposición a 111 sustancias químicas artificiales.
Según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., los PCB (policlorobifenilos) han sido prohibidos en Estados Unidos desde 1979, pero se pueden hallar en productos fabricados antes de ese momento. Los furanos son derivados de la combustión industrial, y los ftalatos se encuentran en los plásticos, muchos productos del hogar, medicamentos y productos para el cuidado personal, como lociones, perfumes, maquillaje, esmalte de uñas, jabón líquido y aerosol para el cabello.
Además de reducir la fertilidad, una reducción de la función ovárica puede llevar a un desarrollo temprano de enfermedades cardiacas, osteoporosis y otros problemas de salud, comentaron los investigadores. La investigación anterior ha vinculado también estas sustancias con algunos cánceres, una pubertad más temprana y el síndrome metabólico. El síndrome metabólico es un conjunto de afecciones de salud que se dan al mismo tiempo y que aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas, accidente cerebrovascular y diabetes.
“Muchas de estas exposiciones químicas escapan a nuestro control porque están en el suelo, en el agua y en el aire”, dijo Cooper. “Pero podemos educarnos sobre las exposiciones cotidianas a las sustancias y ser más conscientes de los plásticos y otros productos del hogar que usamos”.
Por ejemplo, sugirió que las personas pusieran la comida en el microondas en contenedores de cristal o papel en lugar de plástico, y que sepan más cosas sobre los productos cosméticos, los usados para el cuidado personal y el envase de alimentos.
“Este importante estudio refuerza la idea de que las sustancias químicas disruptoras endocrinas afectan a la función ovárica”, dijo el Dr. Spyros Mezitis, endocrinólogo en el Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.
“Las investigaciones previas han mostrado una asociación con defectos metabólicos y esta investigación trata de un problema que hay que hablar con los pacientes que soliciten un tratamiento de fertilidad”, dijo.
La Dra. Jill Rabin, codirectora de la división de atención ambulatoria de los Programas de Salud de las Mujeres del Sistema de Salud North Shore-LIJ en New Hyde Park, Nueva York, calificó el estudio de “importante”, porque “una menopausia temprana puede tener consecuencias para la calidad de vida de una mujer (sofocos y cambios en el humor y la memoria) y para la duración de la vida (osteoporosis, fracturas y enfermedades cardiacas)”.
El estudio aparece en la edición en línea del 28 de enero de la revista PLoS One.
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